¿Sabías que las interjecciones son una de las partes del discurso más universales y expresivas en los idiomas?
¡Hola, futuro universitario! ¿Te has preguntado alguna vez por qué exclamamos "¡Ay!" cuando nos golpeamos el dedo del pie, o "¡Uh-oh!" al prever un problema inminente? ¿O qué nos lleva a decir "¡Wow!" ante algo impresionante, y "¡Uf!" cuando sentimos alivio? Estas expresiones son interjecciones, elementos esenciales y llenos de emoción en nuestro lenguaje. Funcionan casi como reacciones instintivas en nuestro discurso y juegan un papel crucial al añadir color y expresividad a nuestra comunicación, permitiéndonos transmitir sentimientos y reacciones que a menudo van más allá de la capacidad de las palabras comunes.
Índice de Contenido
Concepto
Tema de las interjecciones lo encontrarás en tu guía ExIES UABC para el examen de admisión. Estas son palabras o frases cortas que se utilizan en el lenguaje oral y escrito para expresar emociones fuertes o repentinas, como sorpresa, asombro, dolor, alegría, entre otras. No suelen cumplir un rol gramatical en la oración, sino más bien un papel expresivo o emotivo. Se cree que constituyen restos de la forma más antigua, primitiva o sintética de lenguaje. Algunas de sus funciones, fuera de la de expresar o desahogar un sentimiento, son apelar al interlocutor, saludarlo, despedirlo, darle conformidad o agradecimiento, etc.
Características
En tu guía ExIES UABC para el examen de admisión, encontrarás un tema sobre las interjecciones. Las características de estas palabras es que son únicas pragmáticamente equivalentes a oraciones completas y pueden expresar una acción de manera elemental sin seguir una estructura sintáctica. Por esta razón, algunos gramáticos no las consideran parte de las clases tradicionales de palabras, sino más bien signos lingüísticos pregramaticales. Según Karl Bühler, las interjecciones desempeñan tres funciones del lenguaje: expresiva, conativa y representativa. En la escritura, generalmente se acompañan de signos de exclamación, aunque algunas interjecciones que buscan confirmar o interrogar algo dentro de una oración pueden llevar signos de interrogación.
Las interjecciones presentan algunas peculiaridades en su empleo idiomático; por ejemplo, su fonética y fonología son más abiertas y menos sistematizadas que las de otro tipo de palabras del mismo idioma (¡psé!, ¡brrr!, ¡shhh!, ¡uau!, ¡uf!, ¡aaj!, ¡puaj!).
Por lo regular, se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente, pero cuando se incorporan en una oración lo común es que aparezcan localizadas al principio: «¡Ay!», «¡Qué dolor!», y si se insertan en una oración, quedan estrictamente fuera de su secuencia, como si fueran oraciones parentéticas o incisos: «Lloró la niña, ¡ay!, ¡cómo sufría!». Otras veces constituyen grupos interjectivos incluso bastante amplios, en los cuales van seguidas de elementos como:
Grupos nominales (¡Vaya, qué sorpresa!)
Grupos preposicionales (¡Adiós a las vacaciones!, ¡Lástima de comida desperdiciada! ¡Caray con la mosquita muerta! ¡Ay del que se anime a contrariarlo! ¡Guay con los que se le acerquen!)
Oraciones (¡Ojalá (que) gane el partido! ¡Así se muera! ¡Mira que eres bobo!).
A veces se unen, en virtud de la función fática del lenguaje, a nombres propios que actúan como vocativos o expresiones que se emplean para llamar o atraer la atención: «¡Eh, Ernesto!», y algunas asumen la forma de expresiones no idiomáticas u onomatopéyicas al imitar sonidos: «¡chit!», «¡plash!», «¡paf!», «¡pif!» «¡muu!».
Clasificaciones
Clasificación gramatical
Desde un punto de vista gramatical, las interjecciones se clasifican en propias e impropias.
Interjecciones propias
Las interjecciones propias, o propiamente dichas, se emplean únicamente como interjecciones y constituyen una sola palabra, comprendida entre signos de admiración o de interrogación. Ejemplos:
¡abur!: sirve para despedirse.
¡ah!: sirve para expresar asombro, comprensión de lo oído, sorpresa, placer.
¡arre!: para azuzar a un caballo, indicando que se desea avanzar, en el español mexicano del Norte para afirmar, y también se usa en el español.
Interjecciones impropias
Las interjecciones impropias son formas creadas a partir de sustantivos o sintagmas nominales (¡cielos!, ¡hombre!, ¡Virgen santa!), verbos (¡arrea! ¡venga!), adverbios (¡adelante! ¡Fuera!) o adjetivos (¡bravo!), de forma que no son interjecciones idiomáticamente puras. Se emplean como interjecciones por su significación usual: «¡Socorro!», «¡caracoles!», «¡diablos!», «¡rayos y centellas!» Algunas expresiones de este tipo son consideradas palabras de lenguaje soez.
Locuciones interjectivas
Son aquellas locuciones equivalentes a una interjección que constan de dos o más elementos y forman habitualmente sintagmas: «¡Mi madre!», «Madre mía», «¡Dios santo!».
Sintagmas interjectivos
Son aquellos cuyo núcleo es una interjección propia o impropia y sus complementos, pero no pueden sustituirse por una interjección: «¡Ay de mí!»; «¡Ay de los vencidos!» «¡Cuidado con el perro!»
Clasificación mixta
Los gramáticos Manuel Seco, Leonardo Gómez Torrego y José Martínez de Sousa clasifican las interjecciones con criterios mixtos: por sus funciones comunicativas y por su morfología o estructura.
Interjecciones imitativas
Se han formado como onomatopeyas con la intención de imitar ruidos de la realidad: ¡Zas! ¡Pum! ¡Chas! ¡Miau! Este carácter icónico las asociaría a la función representativa del lenguaje.
Interjecciones expresivas
En otros casos, las interjecciones no tratan de imitar, sino de expresar sensaciones o emociones del hablante: ¡Ah! ¡Oh! ¡Qué gusto! ¡Uf! ¡Qué descanso! Por ello pertenecerían a la función expresiva del lenguaje.
Interjecciones apelativas
Este grupo se utiliza para iniciar o concluir la comunicación, establecer contacto con el oyente antes de emitir el mensaje o para actuar sobre la voluntad del receptor; pertenecerían así a la función conativa o apelativa del lenguaje: ¡Chist!, vengan ustedes por este lado ¡Aúpa!, que tú puedes. ¡Hola! ¡Hasta pronto!
Interjecciones por traslación
Ciertas palabras tónicas o grupos de palabras que en sí no son interjecciones pueden tomar una entonación exclamativa y se hacen valer por interjecciones: ¡Hombre!, ¡Hay que jorobarse!, ¡Anda ya!
Clasificación semántica
Por su significado, la Nueva gramática básica de la lengua española (2011) distingue entre interjecciones apelativas o directivas e interjecciones expresivas o sintomáticas.
Interjecciones apelativas o directivas
Están orientadas hacia el oyente, es decir, se dirigen a un destinatario con la intención de moverlo a la acción o provocar alguna reacción emocional en él: "¡Ah del barco!". Un grupo de ellas poseen alguna función social, como saludar, despedirse, brindar, etcétera: ¡hola, adiós, chao, gracias, de nada, ojo, cuidado, órale, ánimo...! Otro se dirige a animales: ¡zape, arre, so...!
Interjecciones expresivas o sintomáticas
Se orientan hacia el hablante, manifestando o desahogando sus sensaciones, sentimientos y otros estados de ánimo: ¡ajá, ay, caramba, lástima, maldición...!
Como pudimos ver a lo largo de este blog, las interjecciones son únicas por su capacidad para transmitir una gama amplia de emociones, reacciones y estados de ánimo en pocas palabras. A pesar de su brevedad, estas expresiones pueden comunicar más emoción y contexto que muchas oraciones largas.En tu guía ExIES UABC para el examen de admisión, encontrarás este tema sobre las interjecciones. Son una herramienta vital para expresar sentimientos intensos de manera inmediata y directa.
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